domingo, 22 de noviembre de 2009

Me quedaré callada. No diré nada que no deba decir. O a lo mejor sí. A lo mejor se me escapa la primera persona del plural. A lo mejor un pronombre que incluya a alguien más que a mí. Esperaré a que hable. A que alguien diga alto y claro lo que quiero oír. Y que entonces el mundo se quede en silencio. Muy quieto, muy parado. Que no haya pupilas suficientes para abarcar el momento. Ni sentidos. Que sean droga las palabras. Adicción pura y dura. Alcohol y escalofríos. Y luego perder el sentido. Pero que haya manos para tocar vida. Que haya labios para tener amor, y orejas que escuchen las palabras que (me) digas.