domingo, 25 de marzo de 2012

Felipe I, el Intruso.

El tumor de mi padre se llama Felipe. Felipe I el Intruso, le digo. Es broma, comento y reímos con risa de lata. Enltada en lata de Campbel, en lata colorida, en lata de primavera delatada en su adelanto. Primavera enferma: no es tiempo para que abran, para enseñar tripas y que se sequen al sol. Le abrirán la piel a mi padre, la tela fina que nos protejo del mundo, se la abrirán y extraerán el órgano, y el órgano lo pondremos en una iglesia, en una altar en un pequeño mauseleo, para adorarle, a Felipe I, el Intruso, para decirle: estás mejor, mucho mejor fuera que dentro. Vade retro. Quieto ahí. Y si quieres volver, avisa. Pero es que él, incluso malvado, él arañándonos la vida a mi padre y a mí y a mi madre - con esos ojos, y esas garras que tiene qu etener en alguna parte, ese olor mar y muerte de su aliento de cangrejo -. es todavía parte de nosotros, es algo que está aquí, es el tío que nadie quiere, la vieja vecina loca, el amigo drogata, el realismo sucio, y no vale sólo con extirparlo, no vale con contar batallitas, no vale con llamadas de teléfono y con asegurarle al perfecto desconocido que escucha tu historia que las cosas van estar bien, porque no están bien, no con Felipe aquí, que s eha cosido a nuestra vida como un tatuaje doloroso y feo. Absurda historia teatral la de Felipe, cuyo noombre no tiene sentido, pudiendo haber sido Alfredo, o Tomas o Enrique. Quizá sea una maligno monárquico, quizá sea falangista, quizá s ala Triple Entente esperando el ataque, quizá todo el amor que le ha faltado a mi padre, quizá sea sólo sucio en las ecografías.... ojalá, ¿no?, que sea sucio, un borrón, una mancha... que cuando abran se deshaga... como una pompa.... que explote... que sea vómito hecho con sopa de guisantes... que sea, que sé yo, que sea cualquier otra cosa, pero que no sea un fantasma entre nosotros, que no sea algo tan nuestro, que no tenga nombre... algo que no guardemos en una lata.... que no sea Felipe, , príncipe de bella durmiente, arcaico, doliente, trágico.... Felipe, intruso: rey tirano...

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